Le Petit Prince

Lembras cando de pequenos pensabamos que era unha casa no medio do mar?

A pesares da auga xeada non tiñamos forza para regresar á lancha, o mundo que nos esperaba entre as rochas e as algas era tan marabilloso que o frío non supoñía un problema. Cánto recordo os últimos baños ao anoitecer, semellaban ser unha maneira de olvidar os momentos tristes que tivemos este verán. Cando estás no medio da ría, o sol se escorrega no horizonte e Venus lle fai as beiras á lúa, daste contas que non hai problema sen solución. E que o que non ten solución non é un problema, é pasado.

viernes, 4 de julio de 2008

TOUT A CHANGÉ, MAIS PAS MOI

De vuelta todo ha cambiado. Mi pueblo ha cambiado, mis amigos han cambiado y mi familia también. Por cambiar, hasta lo ha echo el sonido de las olas, el olor a mar y el sabor del pescado. Todo ha cambiado menos yo.
Mi habitación es un caos, está cambiando sola. Mientras, yo observo. Ella escoge que es importante y que no. Yo, solo, miro. De vez en cuando me insinua que recuerdos guardará. Mis primeros libros, los pósters, algunas fotos que me impiden olvidar quien soy, o quien es mi hermano, pues no me distingo. Éramos tan parecidos!! Las primeras cartas de amor, que al releerlas me dan coraje de tanta cursilería ¿Somos así enamorados? Los primeros discos que compré o pirateé. Las aventuras que escribía a mi medida. La tarjeta roja y la amarilla también, de cuando no hace tanto iba a arbitrar, los banderines.




No sé si me sobra o no, no sé si quisiera guardarlo o no. Pero, no me preocupo, es la habitación quien decide. Mientras Ismael Serrano canta "papá cuéntame otra vez, aquella historia tan bonita..." la puñetera habitación me muestra unos cuanto libros de cabecera, que me hacen recordar todo aquello por lo que lucho, o debiera luchar:

- Desobediencia civil, Henry D. Thoreau
- La educación como práctica de la libertad, Paulo Freire
- Las venas abiertas de américa latina, Eduardo Galeano
- Manifiesto comunista, Mark y Engels
- Estatuto do ano 36, 2ª república
- La historia me absolverá, F. Castro
- El príncipe, Maquiavelo

Aquellos que piensen que adoro todo lo que leo, o quien lo escribe se equivoca, pero es evidente que forman parte de lo que soy, y mi habitación lo sabe.

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