Mi habitación es un caos, está cambiando sola. Mientras, yo observo. Ella escoge que es importante y que no. Yo, solo, miro. De vez en cuando me insinua que recuerdos guardará. Mis primeros libros, los pósters, algunas fotos que me impiden olvidar quien soy, o quien es mi hermano, pues no me distingo. Éramos tan parecidos!! Las primeras cartas de amor, que al releerlas me dan coraje de tanta cursilería ¿Somos así enamorados? Los primeros discos que compré o pirateé. Las aventuras que escribía a mi medida. La tarjeta roja y la amarilla también, de cuando no hace tanto iba a arbitrar, los banderines.

No sé si me sobra o no, no sé si quisiera guardarlo o no. Pero, no me preocupo, es la habitación quien decide. Mientras Ismael Serrano canta "papá cuéntame otra vez, aquella historia tan bonita..." la puñetera habitación me muestra unos cuanto libros de cabecera, que me hacen recordar todo aquello por lo que lucho, o debiera luchar:
- Desobediencia civil, Henry D. Thoreau
- La educación como práctica de la libertad, Paulo Freire
- Las venas abiertas de américa latina, Eduardo Galeano
- Manifiesto comunista, Mark y Engels
- Estatuto do ano 36, 2ª república
- La historia me absolverá, F. Castro
- El príncipe, Maquiavelo
Aquellos que piensen que adoro todo lo que leo, o quien lo escribe se equivoca, pero es evidente que forman parte de lo que soy, y mi habitación lo sabe.
No sé si me sobra o no, no sé si quisiera guardarlo o no. Pero, no me preocupo, es la habitación quien decide. Mientras Ismael Serrano canta "papá cuéntame otra vez, aquella historia tan bonita..." la puñetera habitación me muestra unos cuanto libros de cabecera, que me hacen recordar todo aquello por lo que lucho, o debiera luchar:
- Desobediencia civil, Henry D. Thoreau
- La educación como práctica de la libertad, Paulo Freire
- Las venas abiertas de américa latina, Eduardo Galeano
- Manifiesto comunista, Mark y Engels
- Estatuto do ano 36, 2ª república
- La historia me absolverá, F. Castro
- El príncipe, Maquiavelo
Aquellos que piensen que adoro todo lo que leo, o quien lo escribe se equivoca, pero es evidente que forman parte de lo que soy, y mi habitación lo sabe.
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