Le Petit Prince

Lembras cando de pequenos pensabamos que era unha casa no medio do mar?

A pesares da auga xeada non tiñamos forza para regresar á lancha, o mundo que nos esperaba entre as rochas e as algas era tan marabilloso que o frío non supoñía un problema. Cánto recordo os últimos baños ao anoitecer, semellaban ser unha maneira de olvidar os momentos tristes que tivemos este verán. Cando estás no medio da ría, o sol se escorrega no horizonte e Venus lle fai as beiras á lúa, daste contas que non hai problema sen solución. E que o que non ten solución non é un problema, é pasado.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Primeiro día de Chateux

Como es imposible escribir todo lo que hemos hecho, y con el paso de los días me he ido olvidando de algunos detalles, os voy a resumir lo más interesante.
El primer día visitamos dos castillos, por la mañana el de Chambord y por la tarde el de Cheverny.
El castillo de Chambord, es quizás el que desde fuera más impresiona. Está situado en medio de un bosque, y fue mandado construir por Françoise I, en el que vivió sólo 72 días de sus 32 años de reinado. Fue pensado como albergue de caza, pero se les fue la mano, y construyeron el castillo más grande de los que hemos visto (156m de longuitud, 56 de altura, 72 escaleras, 282 chimeneas y 426 habitaciones en total). Se destacan sus escaleras de caracol, obra probablemente de Leonardo da Vinci.
Este castillo está en mi opinión muy desaprovechado. No hay casi ninguna habitación amueblada como la tenían sus antiguos habitantes, es difícil ponerse en situación. Y es tal el descaro, que nada más entrar, 6,50€ tarifa reducida, ves un coche en el medio del patio que pone "made in chambord", por si no bastara con esto, algunas de las habitaciones en vez de decorarlas de manera que nos hiciésemos una idea de la vida allí, las llenan de artilugios, vinos, patés,... echos en la región. Vaya, que en vez de ver un castillo por dentro parecía que estábamos en un centro
De todas formas, merece la pena visitarlo, aunque sólo sea por las vistas.
Ah!! me olvidaba, aquí he encontrado un libro, "El turno del escriba", uno de esos libros libres, que lo lees y después lo dejas por ahí suelto, para que otra persona lo vuelva a leer. Así que la verdadera historia no es la que cuenta el libro, sino la de él. Hay una web donde se puede ver por donde ha ido. Mañana o pasado entro y pongo donde lo he encontrado. Estaba sobre una mesa, en la habitación del Duque de Bourdeaux, conde de Chambord, que estuvo a puntísimo de ser rey de Francia, pero que por no querer gobernar con la bandera tricolor, en vez de la blanca real, se quedó a dos velas.

Después de visitar éste, nos fuimos al de Cheverny, os suena? no os recuerda a algún cómic? y comimos en sus jardines, que eran impresionantes, con esos colores del otoño. Yo esos días estaba como que muy sensible ;)














No hay comentarios: