Camiño de Pamplona

El camino comenzó hace mucho tiempo, supongo que el mismo día que la maratón. Septiembre 2007 Lyon. Cuando conocí a Miguel. Aunque el día de mi cumpleaños, tras meses sin noticias de Matías (ya se sabe, las focas del mar del norte lo tenían hipnotizado) lo encontré en el MSN, porque yo estaba celebrando tan digna fecha con la pierna en alto, un rotura en el abductor, y un vaso de leche con ibuprofeno (cosas del deporte), y me dijo que me prestaba su bici.
Algún paseo con Miguel por las orillas del Ródano, no sin incidentes, también ayudaron, y no pudiendo dar la vuelta al mundo el Camino de Santiago no es tan mala idea.

Esta es la historia de casi 800 km en 9 días

Así empecé, en el último asiento de un bus, rodeado de quinceañeros que no entendían el placer de dormir, pero a cambio, justo antes de bajarse en León me arrancaron una sonrisa escuchándolos cantar "Caminante no hay camino ..."

Rematei de ler o libro "les quatre cavaliers de l'apocalypse" o día 8/8/2008, camiño de Pamplona, onde me atoparía con José Ignacio, Espe, Luís e Miguelete, pra facelo camiño de Santiago, e sobretodo para ser máis amigos.

A veces pienso que es difícil serlo más, o serlo mejor. Pero se puede, y lo somos. Así que aunque no estuvieron me acordé de Dani, Maziu y Ton.

Pamplona_Ayegui (9/8/8)

Cada uno se llevó sus cosillas, yo mi pan de Palas y un pañuelo para hacerme un foto por Pamplona, José Ignacio droghas para el colacao, Miguel a Espe, y Luís una tostadora. Porque peregrinos sí, pero con clase, que una cosa es dormir en el suelo y otra muy distinta es comer porquerías.
Pamplona fué la ciudad que más me gustó, donde conocimos a Paco una especie de sombra, (su sombra vale por dos nuestras), que nos robaba sitio en los albergues. En el camino se hacen buenas amistades y otras se dejan pasar porque no merecen mucho la pena.
Pamplona respira encierros, y nosotros también. A pesar de la cara de tranquilidad de los dos paisanos del fondo, los toros erán de verdad, tanto que por miedo Miguel iba en bici. Ojo al detalle de mi pañuelo rojillo, y es que salí de casa con lo imprescindible.

En esta foto, podeis comprobar como Luís tienta a lo que parecía en principio una vaquilla (Paca), y que aún durmiendo en los mejores albergues y picando en todos los bares no llegó a toro de lidia (lo adelanté en la subida a O Cebreiro, yo con alforjas y el sólo con sus lorchas). La siguiente foto corresponde al merecido descanso en Cirauqui (cómo cuidan los vascos sus pueblos!) despues de despistar al vacuno.
Ese día dormimos en Ayegui, en un polideportivo, en Estella estaba todo lleno.
Mientras el resto se duchaban, Miguel y yo, por ser los que teníamos el culo menos dolorido (tenemos callo) nos fuímos a comprar a Estella en bici (1km), y mientras el resto calmaba su dolor con una crema de Espe para el culoncio, nosotros devorábamos unas salchichas a la puerta del DIA.

Que nos perdimos, que tuvimos que subir las bicis por escaleras y caminos entre varios, que nos caímos y cosas del estilo las obviamos por evidentes, que si todos lo sabéis y nosotros también, para que decir que somos unos petardos. Pero siempre riéndo, que es lo que tenemos los tontos, con una tiza lo pasamos bomba ;)