Le Petit Prince

Lembras cando de pequenos pensabamos que era unha casa no medio do mar?

A pesares da auga xeada non tiñamos forza para regresar á lancha, o mundo que nos esperaba entre as rochas e as algas era tan marabilloso que o frío non supoñía un problema. Cánto recordo os últimos baños ao anoitecer, semellaban ser unha maneira de olvidar os momentos tristes que tivemos este verán. Cando estás no medio da ría, o sol se escorrega no horizonte e Venus lle fai as beiras á lúa, daste contas que non hai problema sen solución. E que o que non ten solución non é un problema, é pasado.

martes, 9 de septiembre de 2008

De Burgos a la casa de Heidi. Qué rollo!!

Si hay un día que podamos decir que es el peor, para mi sin duda fue la penúltima etapa, pero esta no se queda muy atrás.
Lluvia.
Nos perdimos a la salida de Burgos, y menos mal que madrugamos. Caía miudiño, pero calaba. Cuando conseguimos encontrar el camino, es decir nos tropezamos con él después de bordear la cárcel, empezamos a tener problemas con las alforjas. En cuanto teníamos ritmo dándonos relevos, pppprrrrrrrr, yeeeeeeeeeee!!!!!(Espe avisando a las ovejas descarriadas) un portabultos se soltaba. El de Miguel, el de Luís, el mío, ... ni una hora y ya habíamos parado 3 veces.
Viento.
La etapa era llana, la noche anterior nos propusimos hacer 100-120 km, a relevos no podía ser muy difícil, pero apareció el Cierzo, un viento que según Catón el Censor era capaz de derribar a un hombre armado o a una carreta. No nos derribó, pero nos desesperó. Los quilómetros no pasaban. Íbamos más fatigados que subiendo puertos, y más despacio. El objetivo se desvanecía. El tiempo transcurría sin cesar y no había forma humana de avanzar. Nos encontrábamos en tierra de nadie.


Los posibles albergues quedaban lejos, muy lejos. Sería otro día largo.
Recta. Viento. Un coche.Subida. Viento. Bajada. Viento.Otro coche. Recta ... En el camino pocas fuentes. En una, el abuelo, "el cierzo mozuelos, así no hay manera, ..."., y negaba con la cabeza Los peregrinos habían desaparecido. Estábamos nosotros y el viento. Nadie más. Nada más.


Oasis
.

"Que bueno sería hacerse una foto con el rótulo de algunos pueblos! por ejemplo: El buro ranero"-Luís. hahaha!!! en un pueblo con ese nombre qué narices va a haber?!
Entramos en Mansilla de Mulas, jajaja!! qué nombre, además tienen un rollo gótico, hahaha!!! "joder con el alcalde del pueblo, que como no sabe lo que es le llama rollo a cualquier cosa".
Estábamos tan agotados que ni fuerzas teníamos de traspasar el portalón del albergue. A lo lejos se veia un poco de césped, y los reflejos de lo que quizá fuese una piscina. Luís y Miguel entraron para ver si había comida, ...
"Yo no quiero decir nada, pero ... tiene muy buena pinta"-miguel. Así no cumpliríamos los quilómetros marcados.
"Es la puta casa de Heidi"- Luís.
"Entrar y mirar, sólo entrar y mirar. El paisano nos dijo que había solo 6 plazas, así que si se nos adelantan nos quedamos sin albergue"- Miguel presionando al pueblo
A mi y a Espe nos convencieron rápido, a José Ignacio les costó mucho más "esa piscina es más pequeña que la de mi tío"... ...
Al final entramos y comimos, y dormimos una siesta de campeonato, y pusimos lavadoras, y al final hasta nos bañamos en la piscina, y comimos pistachos y jugamos a las cartas sobre la hierba. Y también descubrimos el arte moderno, que lo que para unos (por ejemplo el autor) es una escultura de dos peregrinos, para otros es nada más y nada menos que Don Quijote y Sancho Panza que confundiron una Castilla con la otra.

Miguel, que rollo!!!
Una aldea en medio de un desierto, donde las cigüeñas también se relajaban ,para proseguir su camino, al otro lado de la plaza dividida por el rollo. Y donde las estrellas se veían mejor que en ningún sitio, para por fin encontrar el camino marcado por la Vía Láctea.



Qué bien dormimos, en un altillo como Heidi.

Antes de dormir por la noche,
y poco después de la siesta :)


Sonos

Y creo que ese día, hasta soñé que tenía el proyecto listo para presentar, todo impreso, que quién había estado cerca durante mucho tiempo era, ya, importante. Y que la locura de arriesgar a veces tiene premio. Arriesgamos??

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