Le Petit Prince

Lembras cando de pequenos pensabamos que era unha casa no medio do mar?

A pesares da auga xeada non tiñamos forza para regresar á lancha, o mundo que nos esperaba entre as rochas e as algas era tan marabilloso que o frío non supoñía un problema. Cánto recordo os últimos baños ao anoitecer, semellaban ser unha maneira de olvidar os momentos tristes que tivemos este verán. Cando estás no medio da ría, o sol se escorrega no horizonte e Venus lle fai as beiras á lúa, daste contas que non hai problema sen solución. E que o que non ten solución non é un problema, é pasado.

domingo, 9 de marzo de 2008

OITO__8


Parece un número redondo. Pero no lo es. Si lo ves por la calle no le prestas demasiada atención. Te cruzas con él, y piensas "me suena la cara", como el vecino que sólo ves en el mercado, al que no hablas porque no te apetece perder el tiempo. Si hubiese una fiesta de vecinos probablemente hablarías antes con el 7, que es mucho más importante, son los pecados capitales, o los días de la semana, es un número primo, más familiar, es la vecina que te para en rellano y comenta lo mal que se portan los 3 hijos del 2, la pareja. Al 8 lo evitarías casi tanto como al 10, pero al último no te queda más remedio que soportarlo, es el presidente de la comunidad, a tus ojos un inepto, que con tan solo un 1 y un 0 llegó a tanto, son los 10 mandamientos, es el Sr Cuesta. Con el 1 hablas del tiempo, en el ascensor, fué el primero en tener un piso en el edificio, llegó a un acuerdo con el promotor y vendió su terreno a cambio de 4 plazas de garage, 2 trasteros y un piso orientado al sur, soleado, es viudo. El 5 y el 6 son los jóvenes, divertidos, hablan con todos los vecinos sin que les importe lo que piense el 7 y sus fiestas son memorables en el vecindario. De todos tus vecinos, el 9 es el que más te gusta, es alto, joven, extrovertido, con pelo largo y pocas veces lo ves porque no para de viajar. Pero como estás en una fiesta, con todos tus vecinos decides hablar también con el 8, te acercas, blandiendo en la mano derecha un fuente de canapés y en la izquierda un vaso de vino, le ofreces uno, no contesta, clava sus ojos en los tuyos y se acabó todo. Estás vivo, pero herido. No podrás hacer todo, no podrás correr la maratón, porque el 8, a las 8horas, depués de haber corrido 8 minutos, te pondrá una zancadilla para destrozarte la rodilla. 8 semanas tendrás que esperar para volver a correr...y seguirás con miedo, correras escrutando todas las sombras, deseando que ninguna sea tu vecino.


1 comentario:

Anónimo dijo...

"El milagro no es que terminé. El milagro es que tuve el coraje de empezar" John Bingham, gurú de los corredores del pelotón de cola.
"El milagro no es que terminé. El milagro es que tengo el coraje de volver a empezar cada vez que tropecé" Juan Orozco, seguidor del pelotón de cola.1+1 somos más que DOS